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Tarta arcoiris
A estos les gustan los arcoiris más que a mí

¡Toc, toc! ¿Hay alguien ahí?

No sé ni cómo empezar después de 4 meses sin publicar, y estar totalmente desconectada de las redes sociales.

Lo que empezó siendo un descanso veraniego, se ha convertido en algo más. ¿Por qué? No lo sé muy bien… Supongo que se unen varios factores. El cansancio después de 2 años muy intensos, en los que además de blog, y el trabajo dentro y fuera de casa, he publicado 4 libros. La sensación de haber «umbralizado» el blog («Yo aquí he venido a hablar de mis libros» :P). La necesidad de hacer algo distinto (aunque todavía no sé qué), y la impresión de que todos los blogs hacemos lo mismo. Los haters, que terminan minando la moral. Y sobre todo, que de repente las redes sociales me parecen una pérdida de tiempo. Una pérdida de tiempo muy entretenida, pero sin más contenido, y no quiero que mi vida gire en torno a ello. Antes de abrir el blog me extrañaba que la gente se dedicase a fotografiar y poner fotos de lo que comía. Y ahora vuelvo a no entenderlo, de repente toda esta vida «virtual» ha perdido sentido. Y no sé explicar por qué. Me siento muy identificada con este mensaje de Coca Cola.

Tampoco quiero que nadie piense que intento demonizar las redes sociales, supongo que es todo cuestión de equilibrio. He conocido gente muy interesante y a la que tengo mucho cariño a través de ellas, y de otra manera nunca las habría conocido. Ya he dicho en más de una ocasión que yo he aprendido a cocinar leyendo blogs de cocina. Pero no quiero pasarme la vida pegada al móvil por si hay un mensaje, tweet, duda,… No quiero. No quiero que Pablo y Jorge piensen que la vida normal es así. Los niños aprenden de lo que ven, más de lo que les decimos. Hace unas semanas, al pasar un vecino en moto por la calle, dice Jorge (4 años): «Mira mamá, ahí va un imbécil, como tú dices». Mi calle es peatonal, de máximo 20 km por hora, y de vez en cuando hay alguno que se cree en Le Mans y pasa a toda pastilla… y es verdad que suelo decir entre dientes: «¿dónde irá ese imbécil?». Está claro que Jorge me ha oído 😛

Durante estos últimos años no he tenido tiempo para descansar ni un momento, me he dedicado con pasión al blog. No quiero dar la sensación de que me estoy quejando: lo hacía porque quería, porque me hacía feliz. Pero ahora llevo todos los días a mis hijos al cole en bici, salimos a patinar los fines de semana sin sentimiento de culpabilidad porque hace mucho que no publico o porque tengo miles de mails sin responder, y siempre hay algo casero en casa para desayunar o merendar. A veces incluso me siento un rato a ver la tele. O decido dedicarme un fin de semana a leerme toda la obra de Jane Austen. Y todas esas pequeñas cosas son lujos que durante mucho tiempo no me he podido permitir. Aunque parezca una ironía, con el blog y el ritmo que llevaba llegó un momento en que había cocinado cosas para publicar en el blog, pero no me daba tiempo a hacerles algo a mis hijos para que se llevaran de almuerzo, y tenía que recurrir a algo comprado. O sea, justo la idea contraria a los motivos que me llevaron a aprender a cocinar, y a abrir el blog.

Portada "Con la comida Sí se juega"
Portada «Con la comida Sí se juega»

Mi trabajo también requiere más atención ahora, que me he embarcado en un proyecto experimental de bilingüismo en FP, e imparto tres módulos en inglés. Tengo que preparar yo misma los temas y los ejercicios en inglés ya que no hay manuales… y como todo lo que hago, me gusta hacerlo bien. La verdad es que mi trabajo también me apasiona.

Así que ha llegado un momento en que tengo que elegir. Y elijo mi vida «real». No descuidar la gente que tengo a mi alrededor, ni mi trabajo, y, al menos de momento, abandonar las redes sociales. No quiero dejar el blog, que ha significado mucho durante tanto tiempo y me ha dado tantas alegrías. No me imagino la vida sin esta bitácora, mientras que siga habiendo gente al otro lado. Pero lo tomaré de otra manera: publicando sólo cuando realmente pueda y me apetezca. Instagram, Facebook, Twitter, Google +,… quedan aparcados de momento, salvo para comentar cuando haya alguna actualización por los lectores que quieren recibirlas a través de las redes sociales. Ahora mismo no me da la vida ni para seguir los grupos de madres del cole en WhatsApp 😛

Muchas gracias a todos los que os habéis preocupado por mí durante este tiempo. He respondido todo lo que he podido, y quería publicar antes este post, pero he tenido el blog estropeado y no me dejaba publicar. Supongo que él también necesita vacaciones. Quería elegir una receta que representase que estoy bien, y que además reflejase el espíritu del blog, que siempre fue compartir recetas especiales, y momentos felices. Así que qué mejor que esta tarta arcoiris que forma parte de las recetas incluidas en el último libro que he hecho para Alfaguara infantil y que salió publicado el 1 de Octubre: «Con la comida sí se juega». Es un libro escrito para niños, con 20 recetas muy variadas, y que espero que a los que tengan peques alrededor, les anime a cocinar con ellos y les guste mucho mucho. Como siempre se puede encontrar el libro en Amazon (que envía a todo el mundo), El Corte Inglés, Fnac, Casa del Libro y vuestra librería habitual. A continuación podéis ver alguna de las recetas que incluye.

Hasta muy pronto espero. Igual solo estoy pasando la crisis de los 40 :P. Gracias por estar ahí 🙂

PD: No quiero irme sin recomendaros un precioso libro, también para niños, que ha publicado mi admirada y querida Jackie Rueda con Imaginarium. Se llama «Pequeños Grandes Fotógrafos» y es un libro de fotografía para niños a partir de seis años, muy al estilo de Jackie y sus cursos de fotografía, que no solo enseñan, sino que inspiran. Si no la conocéis, estáis tardando, porque no solo es una gran fotógrafa: tiene una personalidad divertidísima y única que la hace totalmente irresistible. Podéis comprobarlo vosotros mismos en su blog


{Tarta arcoiris}

Preparación: 45 minutos

Cocción: 30 minutos

Raciones: 18

Ingredientes

    Para el «arcoiris»

      • 3 huevos medianos (aprox. 150 g)
      • 200 g de azúcar
      • 150 g de mantequilla, blandita
      • 200 ml de nata para montar (35% MG)
      • 300 g de harina
      • 1 sobre de levadura química (16 gr)
      • 1 pizca de sal
      • 1 bote de crema de cacao y avellanas (Nutella o Nocilla, unos 400 g)
      • 3 bolsas de M&M’s, smarties o grageas de chocolate

    Para las nubes:

    • 300 g de queso crema (tipo Philadelphia)
    • 200 g de azúcar
    • 500 ml de nata para montar (35% MG), muy fría

Preparación

  1. Precalentamos el horno a 180º C y untamos con mantequilla un molde de bizcocho en forma de rosca (yo usé uno como este, de savarin, que tienen un agujero más grande que otros moldes). Si no tienes, puedes usar un molde redondo y hacer como se ve en estas imágenes.
  2. Blanqueamos los huevos con el azúcar (batimos con un batidor de varillas eléctrico hasta que tengan un color blanquecino y aumenten de volumen).
  3. Agregamos la nata, y la mantequilla, y batimos unos segundos más para integrar
  4. Añadimos la harina, la sal, y la levadura, y mezclamos con una cuchara hasta que esté bien integrado.
  5. Vertemos en el molde, y horneamos unos 30 minutos, dependerá del tamaño del molde, y si tiene agujero o no
  6. Sacamos del horno, dejamos enfriar 15 minutos, y desmoldamos con cuidado sobre una rejilla, dejándolo reposar hasta que esté completamente frío.
  7. Cortamos el bizcocho-rosca por la mitad para obtener dos arcos. Pegamos las dos mitades de la rosca para formar un arcoiris. Si el bizcocho hubiera salido con copete, puedes cortar lo que sobra con un cuchillo, para que al pegar las dos mitades quede perfecto. Ponemos las dos mitades sobre la base
  8. Con un cuchillo sin filo o una espátula, embadurnamos todo el bizcocho con crema de cacao, ya que será lo que nos servirá para pegar los lacasitos.
  9. Pegamos los M&M’s o lacasitos (o similar) en filas de dos, tratando de reproducir los colores del arcoiris: primero morado, azul, verde, amarillo, naranja y rojo. Reserva el bizcocho en un lugar fresco hasta el momento de servir.
  10. Un rato antes de servir, preparamos las «nubes». Batimos el queso crema con el azúcar en un cuenco amplio. Añadimos la nata muy fría, y montamos. Ponemos esta mezcla en una manga pastelera con boquilla redonda, y vamos depositando en la base del arcoiris a modo de «nubes». Y a ser felices!

NOTAS:

  • Esta receta está incluida en mi último libro de recetas para niños «Con la comida Sí se juega». Si vives fuera de España, The Book Depository lo tiene con gastos de envío gratis a todo el mundo
  • Para que el bizcocho quede muy jugoso, es importante no pasarse con el tiempo de cocción. Si no dispones de un recipiente para bizcochos o para tartas para conservar el «arcoiris», es mejor comerla el mismo día o al día siguiente de su preparación
  • Si como yo tienes una pequeña (gran) obsesión con los arcoiris, aquí tienes la tarta arcoiris I, la tarta arcoiris II y los cupcake arcoiris. Lo sé, haría vomitar hasta a un Leprechaun 😛
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