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Gofres de Lieja
Somos lo que comemos. Así que si te comes estos gofres estarás buenísimo/a

Cuando hacía el tercer curso de la carrera pasé un año en Bruselas con una beca Lingua. Tenía 20 años, no mucho dinero, y todavía menos conocimientos de cocina. Mi alimentación básica consistía en pan con brie y la oferta de turno del McDonalds. O donuts, durante la temporada que trabajé vendiendo donuts en un supermercado. «Voulez vous goûter des beignets, Monsieur, Madame?» repetido cientos y cientos de veces al día. Intercalando la pregunta ingiriendo apresuradamente trocitos de donuts que supuestamente debía reservar para los posibles clientes. A quién se le ocurre ponerme delante de un plato de donuts calentitos 10 horas al día. Eso es ir provocando.

En ese año en el extranjero no recuerdo haber comprado una fruta. Tomaba aguachirri leche desnatada, que odio, porque era más barata. Aprendí que puedes comerte la parte de la salchicha que no está verde sin morir. (No lo intentéis en casa. Igual es que tuve la suerte de sobrevivir). Vivíamos en un «Kot» que era algo así como una casa donde alquilas la habitación, y compartes algunas zonas comunes. Mis fiestas españolas de tortilla de patatas (casera) y sangría (de super y en cantidades ingentes) eran memorables. Es un pequeño truco gastronómico que hoy comparto con vosotros, y que he desarrollado a lo largo de muchos años cocinando (mal): «Si no sabes cocinar, acompaña la comida de bien de alcohol que a nadie parece importarle. En cualquier caso asegúrate de que beban lo suficiente para no recordar la comida al día siguiente»

Pero no todo fueron horrores gastronómicos ese año. Aprendí a hacer crêpes (me enseñó una compañera de Kot que era de Carcasonne), y trufas. En una pequeña galería comercial al lado de casa, descubrí los bombones Leónidas, y los gofres de Lieja. Esos gofres calientes, densos, crujientes y caramelizados, con nata y nutella… Se me saltan las lágrimas de la emoción. Tengo un recuerdo imborrable de estos gofres, quizá por las pocas veces que me los pude permitir, y es una de las recetas que siempre he querido saber hacer. Conviene aclarar que en Bélgica hay dos tipos de gofres: los de Bruselas, que son completamente rectangulares, más ligeros, llevan claras batidas a punto de nieve y no llevan azúcar perlado, y los gofres de Lieja, que son los más comunes, hechos con una masa parecida al brioche a la que se añade azúcar perlado, y que venden en la calle en muchos puestos.

Hoy os traigo dos versiones de estos gofres de Lieja. La primera, es para mí, la receta definitiva. He probado muchas a lo largo de estos 8 años de blog, varias gofreras han caído en acto de servicio, y puedo decir sin lugar a dudas que esta es la mejor receta de gofres de Lieja. Ya me diréis si estáis de acuerdo. Son unos gofres con azúcar perlado clásicos. En mi libro «Chocolate» los he incluido con helado y una salsa de chocolate para acompañarlos que está increíble. ¡Probadlo!

La segunda versión, que está adaptada de aquí, son unos gofres rellenos. Rellenos de nutella, por supuesto. También he probado con un relleno de ganaché de chocolate, y quedan muy ricos. Eso sí, no probéis a rellenarlos de mermelada como en el vídeo porque lo más probable es que se salga durante la cocción por muy bien que los selléis. Ya sabéis, le ha pasado a una amiga. Tres veces. Me cuenta que la mermelada se limpia muy mal en la gofrera…

Aprovecho para comentaros que nuevamente soy jurado en un concurso de Hipercor. Solo tenéis que enviar vuestra receta estrella para Navidad antes del 15 de Diciembre, y podéis ganar una cesta de Navidad. ¡Mucha suerte a todos! Tenéis todos los detalles aquí.


Gofres belgas (de Lieja)Gofres belgas (de Lieja)


{Gofres de Lieja}

Preparación: 10 minutos (más reposo de 1 hora aprox)

Cocción: 3 min (por gofre)

Raciones: 16 gofres

Ingredientes

    Primera mezcla:

  • 400 g de harina normal
  • 25 g de levadura fresca
  • 125 ml de leche
  • 125 ml de agua
  • 25 g de azúcar glass
  • 1 huevo
  • Segunda mezcla:

  • 100 g de harina normal
  • 25 g de miel
  • 5 g de sal
  • 1,5 g de bicarbonato sódico (1/4 de cucharadita)
  • 250 g de mantequilla, a temperatura ambiente
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla (semillas de una vaina de vainilla, o vainilla en polvo)
  • 300 g de azúcar perlado para gofres (ver notas)

Preparación

  1. Mezclamos en un bol los ingredientes de la primera mezcla, y dejamos reposar 15 minutos
  2. Añadimos los ingredientes de la segunda mezcla, a excepción del azúcar perlado, y amasamos un poco, no hace falta trabajar la masa demasiado, ni que quede lisa y uniforme, solo que se mezclen los ingredientes. Dejamos reposar la masa en el bol, tapada con papel film, durante una hora.
  3. Entonces añadimos el azúcar perlado hasta que esté integrado.
  4. Hacemos porciones de unos 90 g. Dejamos reposar 15 minutos mientras que vamos precalentando la gofrera (posición media). Ponemos una porción de masa en la gofrera (puede hacerse a cucharadas si está poco manejable), cerramos, y cocinamos durante 3 minutos.
  5. Dejamos enfriar sobre una rejilla ligeramente antes de servir, con una bola de helado de chocolate, y salsa de chocolate casera.


Gofres belgas rellenos

Gofres belgas rellenos


{Gofres belgas rellenos}

Preparación: 30 minutos (más reposo de 1 hora y media aprox)

Cocción: 2 min (por gofre)

Raciones: 12 gofres

Ingredientes

    Primera mezcla:

  • 450 g de harina normal
  • 25 g de levadura fresca
  • 250 ml de leche
  • 1 huevo
  • Segunda mezcla:

  • 100 g de harina normal
  • 150 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 10 g de sal
  • 100 g de azúcar
  • Relleno:

  • Nutella

Preparación

  1. Mezclamos en un bol los ingredientes de la primera mezcla, y amasamos durante unos 5 minutos. Dejamos que repose una hora la masa, dentro del bol, tapado con un paño
  2. Añadimos los ingredientes de la segunda mezcla, y volvemos a amasar unos 5 minutos. Dejamos reposar de nuevo 30 minutos
  3. Hacemos porciones de unos 80 g (unas 12 porciones). Estiramos una de las porciones sobre la encimera enharinada, hasta formar un rectángulo fino, del doble del tamaño del hueco de la gofrera. Rellenamos la mitad de la masa con nutella, dejando un borde para sellar. Humedecemos el borde con agua. Cerramos doblando la masa sin relleno sobre la parte del relleno. Presionamos con los dedos para cerrar bien. Recortamos la masa que sobre (recordad que debéis adaptar el tamaño del gofre al de vuestra gofrera!). Dejamos reposar 5 minutos mientras que vamos precalentando la gofrera (posición media). Ponemos un gofre relleno en la gofrera, cerramos, y cocinamos durante 2 minutos. Tenéis un vídeo aquí de de la Belgian Waffle Iron Store que muestra el proceso
  4. Dejamos enfriar sobre una rejilla ligeramente antes de servir, y procedemos igual con el resto de porciones

NOTAS:

  • Ojo al comprar azúcar perlado. En España es frecuente encontrar azúcar perlado que no sirve para gofres. El azúcar perlado está disponible en varios calibres. El que se encuentra con más frecuencia en España suele ser del pequeño, que se usa para bollería y roscones. Ese NO sirve para gofres, tiene que ser de mayor calibre. El de Azucarera TAMPOCO sirve, es demasiado grande. Queremos trozos de azúcar crujiente, no lapidar a los gofres con piedras. Para mí, el mejor azúcar perlado que he encontrado es este de Cooking Cookies. Opcionalmente lo podéis encontrar de la marca Funcakes en varias tiendas de repostería. Si no tenéis azúcar perlado, poned 250 g de azúcar normal en su lugar.
  • El azúcar perlado se añade poco antes de cocinar los gofres, porque si no, la masa lo absorbe. No pasa nada grave, pero el gofre pierde el punto crujiente de los trozos de azúcar en la masa. Esto ocurre cuando dejas la masa de un día para otro en el frigorífico (suelo hacerlo porque sale mucha cantidad)
  • No sirve cualquier gofrera para hacer gofres de Lieja, tiene que ser cuadrada y con cierta profundidad para que la masa se cocine de manera adecuada. He tenido varias gofreras, y mi favorita ahora mismo es esta (de hecho tengo dos y he regalado otras dos!). Dos de las gofreras que tuve anteriormente eran del Lidl. Aunque funcionaban, no calentaban uniformemente y me quemaban el azúcar perlado (se caramelizaba en exceso)
  • La masa puede congelarse, una vez hechas las porciones (después de los levados), guardamos las bolas en un recipiente o bolsa hermética en el congelador. Cuando las vayamos a usar, las sacamos a temperatura ambiente, o las dejamos descongelar toda la noche en el frigorífico.
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  • Recuerda que ya está a la venta mi nuevo libro «Chocolate», y que puedes comprarlo en tu librería favorita o en Amazon y hacer del mundo un lugar más feliz. Bueno vale, no todo el mundo exactamente. Pero yo sí seré más feliz. Y todos aquellos a los que le prepares las recetas del libro
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