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El momento de la vuelta al trabajo se acerca, y la verdad me resulta muy difícil separarme de mi hijo. Aún así, soy afortunada de haber podido disfrutar de tanto tiempo dedicada a él… quizá deberíamos reflexionar sobre esta sociedad en la que nos vemos obligados a dejar a nuestros bebés en otras manos con tan solo 16 semanas de vida…
Pero bueno, para irme mentalizando, y poner una sonrisa a este día duro, os traigo dos versiones de una receta, y os dejo un par de situaciones que en teoría son verídicas, que contaron en un programa de Gomaespuma.
Situación 1:
Sucedió en el I.T.E.S.M. en una clase de la carrera de Medicina; el profesor estaba hablando de los altos niveles de glucosa hallados en el semen. Una asistente levantó la mano y preguntó:
– Si le he entendido bien, está Usted diciendo que hay un montón de glucosa, como en el azúcar, en el semen masculino.
– Es correcto- respondió el profesor.
Levantando la mano de nuevo la chica preguntó:
– Entonces, ¿por qué no sabe dulce?
Tras un silencio estupefacto, la clase completa estalló en risas. La cara de la pobre chica se puso rojo brillante cuando se dio verdadera cuenta de lo que, sin querer, había dicho. Cogió sus libros, sin decir una palabra, y salió de la clase para nunca más volver. Sin embargo, mientras cruzaba la puerta, la respuesta del profesor fue clásica. Totalmente serio, respondió a su pregunta:
– No le sabe dulce porque las papilas gustativas para el dulzor están en la punta de la lengua y no al fondo de la garganta.
Situación 2:
Una profesora universitaria estaba acabando de dar las últimas informaciones a sus alumnos sobre el examen final que harían al día siguiente. Terminó diciendo que no habría excusas para quien no acudiese al examen, a menos que se tratase de un accidente grave, enfermedad o muerte de algún pariente próximo.
Un gracioso que estaba sentado al fondo de la clase preguntó con ese típico aire de cinismo:
– De entre esos motivos justificantes… ¿podemos incluir el de extremo cansancio por actividad sexual?
La clase explotó en risas, mientras que la profesora aguardaba pacientemente a que todos se callasen. Entonces ella miró al payaso y le respondió:
– Eso no es un motivo justificativo. Como la prueba será tipo test, usted puede venir y escribir con la otra mano… o puede usted contestar de pie, si es que no puede sentarse.

Ingredientes (para 15 buñuelos y un pastel)

Para la crema pastelera, receta aquí

Para la masa:

500 gr de harina de fuerza
25 gr de levadura fresca de panadería
250 gr de leche
80 gr de azúcar
una pizca de sal
2 huevos grandes
60 gr de mantequilla a temperatura ambiente

Mezclamos la levadura con la harina, deshaciéndola en miguitas. Agregamos la mantequilla, el azúcar, la sal, y por último el huevo, y la leche. La masa es muy blandita y pegajosa, al principio parece inmanejable, pero amasando y con paciencia se va volviendo más manejable. Se puede hacer con ayuda de un robot de cocina. Cuando ya tenemos una masa bastante trabajada, podemos enharinar la superficie de trabajo ligeramente. Hacemos una bola doblando la masa repetidas veces hacia el interior. Dejamos reposar una hora en el mismo bol donde hemos amasado, tapada con un paño. Pasado este tiempo, cortamos la masa en dos trozos. (un trozo lo reservamos para el pastel de crema y cerezas)

Para los buñuelos, dividimos la masa en pedazos de unos 30 gr. Formamos bolitas con el mismo procedimiento que hemos utilizado para formar la bola que hemos puesto a reposar anteriormente. Colocamos sobre una bandeja forrada con papel de hornear con el cierre hacia abajo, y tapamos con un paño. Dejamos levar durante una media hora, hasta que casi dupliquen su volumen. Freimos en aceite caliente de girasol, a fuego medio para que no se quemen y se hagan por dentro. Me gusta esta masa porque no coje nada de aceite. Dejamos escurrir sobre papel de cocina, espolvoreamos con azúcar glas, y rellenamos al gusto, en este caso de crema pastelera… y a disfrutar! Algunos los he cubierto con chocolate blanco y negro fundidos. Si queréis que quede una cobertura dura, que cruja al morderla, hacedlo solo con chocolate. Si queréis una cobertura más blanda, mezclad el chocolate con nata, o nata y mantequilla (también se puede poner glucosa). Yo suelo usar una proporción de 200 gr de chocolate, 200 gr de nata, 2 cucharaditas de té de glucosa (o una cucharada de mantequilla).

Para el pastel de crema y cerezas, extendemos el trozo de masa de un tamaño apropiado al molde (el mío redondo de 20 cm, queda bastante alto, se podría haber usado un molde de hasta 25 cm). Engrasamos el molde, y
colocamos la masa en él. Cubrimos la superficie de la masa con crema pastelera, dejando un borde de un par de cm. Colocamos las cerezas deshuesadas sobre la crema. Aunque parezca que yo las he tirado de cualuier forma sobre el pastel, lo cierto es que antes de hornear estaban perfectamente colocadas, todas unidas formando un círculo precioso… pero al hornear subió mucho la masa y perdió la forma (Usando otra fruta que pese más, como manzanas, la fruta quedará más uniformemente distribuida). Dejamos levar una hora. Horneamos a 170 º durante unos 30 minutos, dependerá del tamaño del molde que usemos, y de nuestro horno. Para dar brillo, usé mermelada de cereza diluida en un poco de agua… y a disfrutar otra vez!

Fuente: Bertinet con modificaciones