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¿Qué es esto? Pues que cuando puse la receta de los tigres Topa D’Entro, Cuti, de Casa Cuti, me señaló que por qué no ponía tinta de calamar en la concha de pan para lograr un efecto mejillón total… Y dicho y hecho! Aquí tenéis el resultado! Además llevaba tiempo con ganas de hacer cucharas de pan, así que he aprovechado par unir dos experimentos en uno… si queréis darle forma de concha no tenéis más que usar las conchas de los mejillones de molde como hice en la receta original. Estos a diferencia de los primeros, los he hecho en el horno…

A veces pensamos que ya está todo inventado cuando en realidad no es así. En clase intento transmitirles a los alumnos que la creatividad todavía es posible, con algunos ejemplos de marketing en el campo de los dentífricos…

Una conocida empresa de dentífricos quiere aumentar sus ventas, pero está en un mercado «maduro» (significa que ya están todos los clientes repartidos entre los distintos competidores y es muy difícil ganar clientes nuevos)… qué pueden hacer para incrementar sus ventas? Se os ocurre?
Pues a los creativos de esta empresa se les ocurrieron dos soluciones:
1. Enseñarnos a utilizar más cantidad de pasta de dientes… cómo? cuando os ponéis pasta de dientes llenáis la parte de filamentos de un lado a otro… a que sí? y por qué lo hacéis así? es necesaria tanta pasta para lavarse los dientes? NOOOOOOOOOOOOO…. pero es lo que nos enseñan en los anuncios… Cada vez que hay un anuncio de dentífricos sale la imagen de un cepillo lleno de pasta de un lado a otro… y poco a poco en nuestro subsconsciente se va formando la idea de que ese es el uso «normal» de la pasta de dientes…
2. y la más obvia… aunque no por ello menos brillante… para vender más pasta de dientes… ya que la gente no va a tener más dientes… ni se va a lavar más veces los dientes al día… ni podemos hacer los cepillos de dientes más grandes porque no les cabrían en la boca… pues haremos más grande el agujero del tubo de pasta de dientes!!!! No me digáis que no es sencillo a la par que impresionante. Pues sí, esta empresa de dentífricos consiguió incrementar sus ventas haciendo más grande el agujero por el que salía la pasta… con lo cual
se acaba antes, y antes te compras otro tubo…
Y a qué viene todo este rollo? pues primero, a que echo de menos dar clase y os ha tocado y segundo, a que en cocina todavía quedan muchas cosas por inventar, así que os animo a todos a que os pongáis manos a la obra!
Ingredientes:
– Para la concha de pan (masa de aceite de mi querido Bertinet pero sin sémola)
250 gr de harina de fuerza
8 gr de levadura fresca de panadero
25 ml de aceite de oliva
160 ml de agua templada
4 gr de sal
Tinta de calamar (4 sobres aprox.) Esto es al gusto.
Las conchas de los mejillones o cucharillas de degustación que puedan ir al horno
Ponemos en un bol la harina, desmenuzamos la levadura fresca en el centro con los dedos, hasta convertirla en miguitas. Hacemos un hueco en el centro, agregamos el agua y el aceite, y la sal por la parte exterior para evitar que entre en contacto con la levadura, y comenzamos a amasar. Yo comienzo mezclando con una pala de madera, y cuando ya se ha integrado todo comienzo a amasar dentro del bol introduciendo los dedos por debajo de la masa, y llevando la masa hacia el centro, mientras que voy girando el bol con la otra mano. Cuando ya está un poco manejable, paso la masa a la superficie de trabajo ligeramente enharinada, donde la sigo trabajando hasta que se vuelva lisa y homogénea. No es necesario enharinar mucho, no es una masa excesivamente pegajosa. Formamos una bola, y dejamos reposar en un lugar cálido (25-30º) durante media hora.
Pasado este tiempo, engrasamos las conchas de los mejillones, o las cucharillas de degustación. Agregamos la tinta de poco en poco a la masa de pan hasta que se integre y logremos el tono de negro deseado (esta parte es un poco… asquerosa). El color negro se mantiene en el horno, quiero decir que no pierde tonalidad al hornearse. En cuanto a sabor tiene más aroma que sabor realmente… Es muy tenue! Estiramos la masa de pan muy fina en una superficie enharinada, y vamos cortando porciones del tamaño de las conchas (o de las cucharas). Forramos cada concha o cada cucharilla con la masa de pan, y dejamos reposar 10 minutos, mientras que precalentamos el horno a 200º. Horneamos unos 10 minutos. Dejamos enfriar, y retiramos la concha o la cucharilla con ayuda de un cuchillo de punta fina.
– Para la bechamel de mejillones:
Medio Kg de mejillones
un vasito de vino blanco
1 cebolla
1 pimiento verde
una pizca de pimentón picante
3 cucharadas de salsa de tomate
3 cucharadas de harina
Leche
Aceite
Sal
Pimienta
Pan rallado mezclado con parmesano
Abrimos los mejillones en una cazuela con el vasito de vino (20 cl). Reservamos mejillones, y si
queréis el caldo también.
Picamos cebolla y pimiento y los pochamos en aceite de oliva muy despacito con un poco de sal, agregamos los mejillones cortados muy pequeñitos, el pimentón y rehogamos un poco… con cuidado porque el pimentón se quema con facilidad. Añadimos la salsa de tomate, un poco de aceite y tres cucharadas de harina. Tostamos un poco el harina, y vamos agregando leche en un hilo hasta obtener una bechamel espesa, pero tampoco demasiado (si habéis reservado el caldo de cocer los mejillones podéis utilizar un poco para hacer la bechamel… yo no lo he hecho). Debe quedar una masa más ligera que para croquetas. Rectificamos de sal y pimienta y dejamos enfriar. Yo posteriormente he triturado esta masa con la batidora, pero no es necesario.
Rellenamos las conchas de pan (o las cucharas de pan) con la bechamel, y empanamos la parte de la bechamel con huevo y pan rallado si vamos a freir, o como he hecho yo en este caso, espolvoreamos con pan rallado y parmesano para gratinar unos minutos en el horno.

… y a disfrutar!